Procesión de la patrona de Riohacha: Tradición y fervor religioso

Imagen de la Virgen de los Remedios cuando era llevada en rítmica marcha en hombros de sus devotos por los alrededores de la plaza "Almirante Padilla" de la capital del departamento de La Guajira.
El vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón Quintero, cuando saludaba a los espectadores de la procesión.
Los riohacheros y su patrona en inmediaciones de la alcaldía, la catedral y la plaza Padilla
El vicepresidente Angelino Grazón Quintero y sus acompañantes


Las fiestas patronales de la Virgen de los Remedios propician el reencuentro de riohacheros y guajiros que llegan desde distintas ciudades del mundo para cumplir con su devoción, cultura y tradición.

El dos de febrero en Riohacha se revive la espiritualidad, se afirma la confraternidad y los grupos familiares festejan con los amigos que llegaron, en total hermandad.

Con el paso de los años, los festejos religiosos trascendieron de la localidad, y ahora atraen la atención de ilustres personajes del nivel central. Presidentes, expresidentes, ministros, congresistas, dirigentes políticos y empresarios, que acuden a Riohacha para fusionarse con la comunidad.

Luego de los festejos religiosos es frecuente la convocatoria a reuniones políticas, donde se establecen acuerdos o se afianzan las alianzas.También se organizan encuentros familiares, almuerzos, cenas y otros eventos sociales que se prolongan hasta altas horas de la noche o hasta bien entrada la madrugada.

Las mujeres aprovechan la ocasión para lucir sus mejores atuendos y accesorios, los caballeros vestidos con guayaberas blancas o con sus desempolvados sacos y corbatas, la gastronomía autóctona, los licores importados, los besos y abrazos efusivos, la actualización sobre los hechos más recientes ocurridos al interior de cada familia o en la ciudad, los chistes, risas, rumores y hasta las más resonantes carcajadas hacen del dos de febrero una celebración que quedará impresa en la memoria de los guajiros que se irán y los visitantes que al día siguiente se despedirán.

Todo esto convierte el dos de febrero en una experiencia que todos los que llegan a Riohacha, esperan desde el mismo día que se van, que pasen los 365 días del año, para llegar nuevamente a La Guajira, para encontrarse con sus familiares o amigos, y fundirse en un abrazo fraternal.

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