Fundación Fusión Ëtnica y el baile de 'La Colita'


Para ilustrar a nuestros  lectores acerca del baile de "La Colita" debemos remontarnos a sus orígenes y evolución, no sólo en la península de La Guajira, sino también en los territorios adyacentes.

Este nombre no tiene un solo referente. El investigador, escritor y folclorista Abel Medina Sierra durante el conversatorio  “Legado y memorias de Francisco El Hombre”,  que desempolvó la historia de este baile, expresó que algunas personas argumentaban que se deriva de las “colas” que se formaban cuando las parejas danzaban alrededor de los postes que se colocaban en el centro de la plaza cuando se organizaban las fiestas del pueblo.

Otros indican que el término “colita” se tomó de la oscilación rítmica de las nalgas, glúteos, posaderas  o “colas” de los bailarines. Sobre este particular existen muchas versiones, pero no  se ha logrado ningún consenso.

De todas maneras, el baile de “La Colita” marcó una época importante en la tradición y cultura de estas tierras guajiras,  pero no sólo era motivo de diversión y esparcimiento  aquí, por cuanto se tienen conocimientos basados en las investigaciones de los historiadores, que  su práctica se extendió a  otras jurisdicciones del Magdalena Grande y la antigua comarca de Bolívar, conformada por los segregados departamentos de Córdoba y Sucre.

Los organizadores de La Colita eran personas prestantes  y pudientes del pueblo, que mediante el respeto que inspiraban en sus coterráneos y  su poder de convocatoria, aglutinaban a los jóvenes de ambos sexos, con la respectiva aprobación de sus mayores, alrededor de las celebraciones, festejos y otros tipos de eventos sociales propios de la época.

La Colita se extendía hasta que el cuerpo aguantaba y cada una de ellas dejaba implícita la próxima cita ya que  en torno a ella se tejía la vida social y cultural del pueblo, hasta que de ésta se pasó a la Cumbiamba y de allí al baile de pareja, como se conoce en la actualidad.

María Elena Oñate Mejía y Edilmer Suárez Miranda bailarines de la Fundación Fusión Étnica colocaron de manera magistral a los asistentes al conversatorio  - realizado en honor del trovador  guajiro que le dio su nombre al festival Francisco “El Hombre” -, a la  “máquina del tiempo”  y los colocó en contacto con sus ancestros.

Fue así como se revivió en la historia, el donaire y la belleza de las damas y el respeto traspasado de admiración de los caballeros que sólo se permitían tocar a su pareja con el tradicional pañuelo blanco.
He aquí la puesta en escena del baile de La Colita con María Elena y Edilmer, bailarines que se constituyen en orgullo del departamento de La Guajira para mostrar al mundo entero:

Ocupe usted amigo lector el sitio de honor para presenciar este espectáculo, en donde actuaron como artistas invitados, el alcalde Rafael Ricardo Ceballos Sierra y la gestora social, Nelsy Brito Campo.



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